lunes, 2 de junio de 2014

El regreso de Yarima la occidental



Yarima, una indígena yanomami, tenía ocho años y vivía con su pueblo en la selva amazónica, cerca de la frontera entre Venezuela y Brasil, cuando conoció al antropólogo estadounidense Kenneth Good, tan blanco y tan grande que le encantó.

Good se adentró en los bosques en 1977, como miembro de una expedición universitaria estadounidense que investigaba la alimentación yanomami. Le gustó la vida allí y se quedó con los yanomamis durante 11 años.

Se casaron en 1983, cuando Yarima había cumplido 14 años. Pero un día Good viajó a Caracas y ella fue raptada por varones de otra aldea y, según la costumbre yanomami para mujeres sin marido, pasó a ser la mujer de todos.

El antropólogo logró recuperarla dos años después. Pero en 1987 decidió volver a su país, llevando a Yarima embarazada del primer hijo, al que siguieron dos más. Esa historia y los primeros años de Yarima en Estados Unidos son contados por Good en un libro publicado en 1991: "Dentro del corazón".

La prensa, especialmente la televisión, la convirtió en una especie de Cenicienta etnológica, pero el desenlace de la historia aportó un dato dramático a los cuentos de hadas: la barrera cultural que impide un final feliz.

Sin aprender inglés, Yarima no se adaptó a la vida en la periferia de Nueva York. Según relatos de amigos, divulgados por el diario brasileño O Estado de Sao Paulo, vivía deprimida y le decepcionaba ver cómo sus propios hijos rechazaban la naturaleza, al punto de detestar poner los pies en el césped.

La aparentemente idílica historia de la pequeña yanomami llevó a una cadena de televisión a producir un documental sobre su vida. Para eso Yarima y Good volvieron en 1993 a los bosques amazónicos con un equipo para filmar en el área yanomami.

Yarima desapareció en la selva y fue dada por muerta. Sólo ahora se supo que está viva, a los 28 años, casada con un yanomami, con el que tiene otro hijo de año y medio. La descubrió una expedición científica estadounidense en noviembre pasado.
Quedó claro que esta volvio en 1993, abandonando a sus tres hijos, a Good y a Nueva York, para volver a vivir en su tierra natal.